La música cura

El trío de Florida se conectó con su público en una de las noches mas frías de este invierno 2011. Tierra De Fuego arrancó su show con canciones como "Detrás del cristal" y "Naufragios lunares", historias de amor con algunos destellos pop. El público miraba el escenario atento mientras la banda entonaba uno de los adelantos, “Volver a verte” y una bastante más vieja, “Gudang Garam”.

El Marquee estaba oscuro y pocas luces muy bajas iluminaban a Fernando Aguirre, líder en guitarra y voz; Ignacio Bianchi encargado del bajo y los coros, y Agustín Bianchi dueño de la batería. La banda había atravesado problemas de sonido con los balances con la guitarra, pero fueron superados con la llegada de canciones como “Cuando se haga de día”, “Desierto” y otra de las novedades, “Un tesoro que nunca fue mío”, un tema muy íntimo con un buen solo de bajo.  

Por momentos se prendían los ventiladores, mientras la banda sonaba prolija y desde el escenario proponían “Súper imposible máquina espacial” y “Ficción verdadera”. El público acompañaba con palmas una zapada que siguió con “En la próxima vida”, con Fernando gritando sin gritar, un tono muy especial en la voz; “Mirada de río”, “Fin de grúa” y “El hombre del cascabel”.

 

Ignacio amagó el clásico bajo de Arnedo en “Azulejo”, pero el corte de su hermano en la batería derivó en “La lejanía”. A la noche le quedaban pocas canciones, entre ellas “Acacias” y “Ay mi vida!”, antes de los bises. Para terminar la noche, llegaron los vientos y el pogo, con “El mono en la pared” y “El dogo de tu amor”, que le dieron al set un respiro, un formato diferente al clásico sonido de trío. 

Antes de una gira por México, Tierra De Fuego se presentó en el Marquee y mostró diferentes facetas dentro de su rock