Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Siempreterno

Hacia el cosmos… hacia el infierno

Cronista: Sergio Visciglia | Fotos: Beto Landoni

23 de Junio, 2011

Hacia el cosmos… hacia el infierno

El Siempreterno, otro de los tantos proyectos del multifacético Sergio Rotman, se presentó el pasado jueves en La Trastienda con un contundente show.

Al lado oscuro de Sergio Rotman le gusta ser visto en ocasiones especiales, allí donde la frescura de la voz y la música de Mimi Maura, o las inoxidables canciones cadillacs se toman un respiro y dejan aflorar la bestia que tantas veces cambió de nombre para hoy ser conocida con El Siempreterno. Allí en La Trastienda, el pasado jueves recobraron las fuerzas las letras y melodías duras que todos los presentes que llenaron el recinto fueron a buscar, herederas de Cienfuegos, sin dudas uno de los mejores grupos de culto que surgieron en esta rockera ciudad.

El Siempreterno es una especie de supergrupo nacional a partir de la presencia del guitarrista Ariel Minimal (Pez, ex Cadillacs) junto al baterista Fernando Ricciardi (Cienfuegos, Mimi Maura, Cadillacs) y claro, la pareja Mimi-Rotman en voces, completándose con Ruso Sánchez en bajo. Desde el principio la explosión emerge con “7-eleven” y “Más de lo mismo”, las canciones que también abren el disco debut de la banda editado el año pasado. Pero la cosa empieza a acalorarse cuando la batería presagia la gran versión de “Love will tear us apart” de Joy Division, la cual se volvió un clásico de Cienfuegos. Es que la gente disfruta del nuevo material pero también es amiga de la nostalgia y va a buscar aquello que tanto supo disfrutar a cuentagotas desde hace muchos años atrás con los esporádicos shows de dicha banda.

El cantante y frontman Sergio Rotman (en el rol que más parece disfrutar y que ejerce de manera contundente) agradece la convocatoria y un poco se sorprende de la cantidad de espectadores al recordar que es tan solo el segundo show de la historia de esta nueva banda, aunque lo explicado sobre el final del anterior párrafo aclara un poco más el panorama.

Los covers siguieron a lo largo de toda la noche (“porque el disco nuestro dura solo veintipico de minutos”, aclara el cantante), como el temazo “El almaherida” (con la presencia de su autora Flopa Lestani como cantante invitada) que pertenece a uno de los mejores discos de nuestras tierras como es “Flopa Manza Minimal” del año 2003. La banda también se encargará luego de desempolvar a un viejo grupo de la escena under punk de fines de los ´80 como Valió La Pena, y le rindió homenaje haciendo el tema “De regreso”, el cual también está en el disco de Los Sedantes, que es nada menos que otro proyecto más de Rotman. Minutos más tarde, todo se volvió lisergia pura y el recinto se hundió en un letargo eterno con “The hall of mirrors”, viejo tema del año 1977 de los alemanes Kraftwerk.

Con una banda al palo sonando muy bien, la cosa subía y bajaba constantemente, con temas bien punks como “Inyección de amor” y “Contradios”, o momentos, entre comillas, más tranquilos y cercanos al formato canción, de la mano de dos grandes temas como “El siempreterno” y “Bajo este sol”. Entre medio se iban a colar dos nuevas canciones que continuarían con esta ecuación: tranquilidad en “En el mar de carbón”, efervescencia en “Joven muerto”.

Pero claro, lo que la mayoría quería disfrutar al menos por un rato iba a tener su lugar cerca del final con la presencia de Hernán Bazzano, uno de los guitarristas de Cienfuegos, para el momento más punk de la noche con “Hacia el cosmos”, el clásico de Bowie “Moonage daydream” y La eternidad”. La Trastienda se convirtió en un hermoso caldero, con todo el lugar saltando, chicos y chicas subiendo al escenario y haciendo mosh y una energía impresionante emanando desde el escenario. La algarabía y el canto de toda la gente emulando a la vieja banda fueron interrumpidos abruptamente y de manera no tan inocente por Mimi Maura, quien suplantó el grito de “Vamos Cienfuegos” que salía desde el campo por un “Vamos San Loré” que no fue tan bien recibido (y no por cuestiones futbolísticas).

Quedaba algo más: “Gimmie, gimmie, gimmie” (de Black Flag), Down by the river” (Neil Young), y el cierre con “Bebiendo ansiedad” (dedicada al fallecido percusionista cadillac Toto Rotblat) y “¿Más de lo mismo?”.

Una hora y un poco más de un muy buen show, enérgico y poderoso, con una gran banda formada por excelentes músicos y dirigida por la cabeza, el cuerpo y la voz de Sergio Rotman en su faceta actual más punk y más oscura (pero nunca tanto como la que llevaba a cuestas con Cienfuegos, para bien o para mal).

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