Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Symphony X

Una sinfonía progresiva

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza: Leandro Baglietto

11 de Junio, 2011

Una sinfonía progresiva

La banda liderada por Michael Romeo desembarcó por tercera vez en la Argentina presentando dos temas de su próximo disco, Iconoclast

Si ponemos en una licuadora musical a Beethoven, Bach, mucha distorsión y el legado progresivo de bandas como Dream Theater, seguramente el resultado sea Symphony X. Un grupo formado en Nueva Jersey que se destaca por fusionar el sonido de la música clásica con el heavy metal, agregando métricas y contratiempos complejos.

Su gira sudamericana, que tiene como última escala Buenos Aires, funciona como introducción a su próximo lanzamiento, Iconoclast, que sin ser un álbum conceptual, tiene como temática la lucha del hombre contra las máquinas y la tecnología para que éstas no lo dominen. Y que a nivel sonoro, se aleja de lo que fueron sus comienzos, dejando de lado las orquestaciones, los coros y los relatos mitológicos para lograr un metal progresivo más crudo y directo: a la hora de elegir como combatir a las “máquinas”, Symphony X consideró un arma mas eficaz las guitarras poderosas por sobre el cuarteto de cuerdas.

La intro de “Oculus Ex Enferni” conmocionaba el Teatro de Flores, cuando el riff de “Of Sins and Shadows” arrebató la atención y la peluca del público. Michael Romeo machacó su guitarra en “Domination”, lanzando solos imposibles, casi inhumanos, con una técnica inmaculada. El fundador de SX, hizo volar sus dedos sobre el diapasón, llenando el formulario de ingreso para formar parte del grupo de los Guitar Heroes mundiales. Por su parte, Michael Lepond en bajo y Jason Rullo en batería forman una base sólida, que al sumar a Michael Pinnella en teclados, se convierte en un trío capaz de encarar los ritmos cambiantes y contundentes de canciones como “Serpent’s Kiss”.

Russell Allen, encargado de las voces, presentó uno de los dos temas que adelantarían de Iconoclast, “End of Innocence” y “Dehumanized”. Hizo mención al juego de Talo Silveyra, cantante de Sacrum que tocó de telonero, con dos mujeres semi desnudas. Repasó sus visitas anteriores -2007 y 2008- afirmando: “Tenemos muy buenos recuerdos de Argentina, y venimos por más”, para que después sonara la hermosa balada, “Paradise Lost”. Las cuerdas vocales de Allen, se lucieron una vez más reconfirmando por qué,Mike Portnoy lo eligió como cantante para su proyecto post Dream Theater.

Los arpegios endemoniados de “Smoke and Mirrors”, la rápida y furiosa “Eve of seduction” y “Set the world on fire (The Lie of Lies)”, cerraron la primera parte.
Symphony X brindó un espectáculo basado en su placa Paradise Lost que aportó 6 de 11 temas al playlist, con un concierto en el que el tiempo fue inversamente proporcional a la intensidad.

Hasta ahí todo tenía sabor a poco, faltaba algo…Habían pasado una hora y 10 minutos, sólo 10 temas (aunque ejecutados al borde de la perfección) y la gente estaba expectante. El quinteto volvió para hacer como bis “The Odyssey”, un tema épico elegido por los fanáticos en los foros, de 24 minutos de duración, cuyos arreglos clásicos, sus pasajes acústicos, sus riff misteriosos y violentos la convierten en una verdadera obra de arte. Ahora sí, el público agradeció la maratónica interpretación, y pudo irse saciado con una buena ración de metal progresivo.

Symphony X entregó un show compacto y lleno de virtuosismo. Después de escuchar los adelantos de Iconoclast, sólo queda esperar la próxima visita con nuevo disco debajo del brazo.

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