Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Tricky

El hombre orquesta

Cronista: Gentileza: Paula Claro | Fotos: Jose Fuño

21 de Mayo, 2011

El hombre orquesta

Tricky presentó Mixed Race su último disco, en el boliche de Palermo, Groove. En un breve show, dejó a todos sus fans extasiados.

A las 20 se abrieron las puertas de Groove, el club ubicado sobre la avenida Santa Fe, que antes era Metrópolis, sede cumbiera por excelencia. Cuando la gente comenzó a ingresar, ya había más de dos cuadras de cola para ver a Tricky, y hasta ese momento todo estaba dentro de los parámetros normales de cualquier recital. Cerca de las 21, un tipo de rasgos parecido al artista con un vaso en la mano se paseaba entre la gente para buscar bebidas; y sólo algunos pudieron darse cuenta de que era el mismísimo Tricky, quien como cualquier hijo de vecino deambulaba y saludaba con total tranquilidad a los fans que le pedían fotos. El artista agradecía educadamente las muestras de cariño y ya comenzaba a despertar sospechas de que este recital no sería como cualquier otro.

A pesar de estar anunciado a las 21hs, desde diez minutos antes la gente comenzó a gritar, aplaudir e impacientarse con ganas de que comience el show. Quince minutos después de lo pactado apareció, Tricky, secundado por un grupo de cuatro mujeres que harían de soporte musical y mostrarían una destreza impresionante durante todo el show. El británico apareció en cuero y con un pantalón tipo babucha, gastado, muy flaco, pero fibroso y luciendo sus tatuajes. Con un vaso de plástico en la mano, alzándolo y como queriendo brindar con la gente, Tricky dio paso al primer tema “You Dont Wanna” del disco Blowback del 2001 y le siguió “Really Real” del reciente  Mixed Race.

Tricky es distante con el micrófono, se lo apoya en el pecho y canta, se acerca y se aleja con saltitos, está como poseído, se toma la cabeza. Todo el tiempo está incitando al público, fuma tranquilo, se toma unos tragos, es una fiesta y él es parte de ella. Como aquel que lleva adelante una orquesta, Tricky le indica a su grupo cuando entrar con el instrumento o cuando dejar de tocar. Él va llevando todo lo que sucede sobre el escenario, es un guía. Cada tanto hace voces, pero la mayoría de los temas son entonados principalmente por Franky Riley una morocha que derrocha sexualidad y puede pasar del susurro morboso, a una voz fuerte y limpia que va por sobre todos los instrumentos.

La banda está formada casi en su totalidad por mujeres: Tiffany Bryan en la guitarra, una afro que se muestra tímida en el costado izquierdo del escenario y lo sigue todo el tiempo a Tricky pendiente de sus indicaciones; Laura Kidd es la bajista que parece una adolescente de banda under punk; Emily Davies es la baterista y casi no se la ve y en los teclados se encuentra Gareth Bowen, el único hombre del grupo, de personalidad tranquila. Las demás féminas están todo el tiempo siguiendo al músico con la mirada, concentradas, ya que en cualquier momento él puede indicarles dejar de tocar, ir más rápido, más lento, o lo que sea.

El recital no respetó parámetros: al tercer tema, que fue una versión extensa de “Ace of Spades” de Motorhead. Tricky comenzó a arengar y hacer señas para que la gente subiera al escenario. Todos enloquecieron y un grupo de unas 30 personas llegaron a la plataforma. Gritan, bailan, cantan con él, lo abrazan y se sacan fotos; Tricky se deja llevar, no le importa. El público puede pasar de un pogo desenfrenado, por un baile tribal, hasta la calma hipnótica que generan los movimientos y la voz de Riley, mientras Tricky está todo el tiempo intentando generar esa dicotomía con su repertorio. Pasa de “Overcome” a “Black Steel” de Public Enemy; y lo mismo hace con  "Hollow" y "Pumpkin".

Llegando a la hora del show, Tricky y sus músicos desaparecieron y todo indica que se  acercaba el final, pero regresa, esta vez luciendo una remera vieja de Tony Montana. Así encaró lo que fueron los últimos tres temas, tras hacer una larga versión de “Vent”, el británico le pidió una vez más a la audiencia que subiera al escenario para estar ahí mientras sonaba “Past Mistake”. Esta vez un organizador que estaba a un costado del vallado pidió, frenético, “sólo veinte”, quienes enloquecidos bailaban con Tricky dejándose llevar por el momento, gritando y sacando fotos en una situación casi perteneciente a un surrealismo inesperado. En medio de todo ese frenesí, el músico se tiró al público para recorrer todo Groove arriba de las manos de sus fans, hasta que se bajó de la gente y se pidió un whisky en la barra.

Mientras todo esto sucedía, Riley seguía cantando, Kidd y Bryan seguían tocando y los chicos que habían subido al escenario seguían ahí, hasta que se les dio la indicación de que se bajaran. El show siguió sin Tricky y las chicas terminaron con "Ghetto Stars".  En ese momento la gente no sabía a donde mirar, si al escenario o a alguna parte donde podría encontrarse el artista, quien más tarde, cuando la música finalmente terminó, apareció en una especie de balcón dentro del boliche, alzando un vaso y mirando a la gente: todos aplaudían y lo saludaban, un poco desconcertados.

La presentación tenía que durar casi dos horas: se preveía una lista de casi 30 temas y sólo tocaron una hora y cuarto, dejando de lado varias partes. Al parecer el artista estaba disconforme con el equipamiento del lugar y sucedieron varias cosas al momento de probar sonido que hicieron que a Tricky no le importase mucho el show, al punto que desde la producción le dijeron que toque por lo menos un tema más, y él respondió con la compra de un whisky.

Una vez más Tricky lo hizo. Corto, pero suficiente para que muchos de los que se encontraban en Groove se fueran con la sensación de haber sido parte de un recital sin precedentes.
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