Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Fito Paez

Gracias por venir

Cronista: Gentileza prensa | Fotos: Anabella Reggiani

30 de Abril, 2011

Gracias por venir

Con un recorrido por su amplia trayectoria, Fito Páez se presentó en GEBA en el concierto despedida de su último disco, Confiá.

A pesar de que la ubicación puede resultar apropiada, la sede de Jorge Newbery del Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires no resulta muy a gusto para quienes asisten a los recitales. Sin mucha explicación, simplemente no agrada. Quizás sea el lugar, o que pasa el tren justo detrás del escenario. Aunque existan muchas contrariedades respecto a GEBA, hay que ser realistas y no hay en este momento demasiados lugares para hacer recitales masivos, de una mediana a gran infraestructura. Fito Páez confió en GEBA y decidió dar allí el último show de lo que fue la gira de su último disco, y la elección, finalmente, no estuvo tan mal.

El ingreso fue tranquilo, casi no se vivía un "clima" de recital en las calles aledañas, los autos transitaban y la gente caminaba como si no pasara realmente nada y sólo se percibía que algo estaba por suceder cuando se llegaba hasta el vallado. Una vez adentro, las acomodadoras que se encontraban en las plateas vips (lo que sería el campo, pero cubierto con sillas) acompañaban a cada una de las personas que llegaban hasta su respectivo asiento, todo muy tranquilo, cada personita en su lugar. Atras estaba la popular, sin acomodadoras, pero todos igual de serenos y sentaditos en su sitio respectivo.

Con toda esta perspectiva, cabe preguntarse ¿Cuál es el público de Fito hoy? ¿Quiénes son aquellos que pagan una entrada de 300 pesos para ubicarse en platea VIP? Para comenzar a responder, es un público homogéneo, pero no en cuanto a edades y géneros, sino en el  perfil, que es muy  "familiar": cantidades de parejas que se abrazaban y besaban insoportablemente todo el tiempo, hasta cuando Fito tocaba; cantidades de padres con sus hijos; grupitos de hermanos y hermanas, de amigas y amigos. Otra característica particular es que no eran del tipo de persona que suele ir a recitales con frecuencia, entonces, por ejemplo, llevan una mochila con galletitas, el agua, sacan miles de fotos antes de que empiece el recital para registrar el lugar y dar a cuenta la distancia que se encuentran del escenario, o llaman a sus padres y le dicen que están re cerca y que se queden tranquilos que no pasa nada. Ese era el público de  Fito el sábado por la noche.

El recital estaba anunciado a las 21:30, ya había llegado esa hora y GEBA no se llenaba. Cerca de las 22 se apagaron las luces y apareció Dizzy Espeche, ex guitarrista de Emanuel Horviller, tocando un solo para dar comienzo a "Confíá", . Con un masivo "Ohh" apareció Fito detrás de su piano todo pintado, con un traje amarillo y una polera naranja. Lo acompañaban también Diego Olivero en teclados, Carlos Vandera en guitarra y coros, Coki Debernardi en guitarra, Gastón Baremberg en batería, Eloy Quintana en Bajo, y Juan Pablo Absatz en teclados.

El escenario era simple pero efectivo: cuatro pantallas horizontales que cruzaban de una punta a la otra y trasmitían imágenes que se relacionaban con los temas. A los costados de la escena se trasmitía el show. Imágenes de agua se dibujaban mientras tocaban el primer tema, luego en placa roja se dibujo la palabra Confiá  y terminó.
 
Luego de saludar con un "¿Cómo está la popu?", Fito salió del piano para cantar "Tiempo al tiempo". El rosarino se encargó de tocar los clásicos que esperaba escuchar el público. Ante un nuevo "ohh" exclamativo de la multitud llegó "El amor después del amor" y no podía faltar Claudia Puyó, a la que despidió con un pico y siguió con "Dos días en la vida". Para "Un vestido y un amor" invitó a Leo Sujatovich tecladista de Spinetta Jade y Tantor y luego con una presentación pomposa, invitó a tocar el piano y cantar "Sólo se trata de vivir" a Litto Nebbia. Pero el momento emotivo llegó cuando Fito le pidió al público que cante la nota Si, para recordar y enviarle un Sí a Gustavo Cerati, y dio paso al tema "Puente" para el final quedaron los presentes cantando a coro "Gracias por venir", que le puso la piel de gallina a más de uno en el estadio.

Con "Circo Beat" llegó la psicodelia y la gente casi saltaba. Para los últimos temas preparó una aplanadora de hits en lo que se encontraba: "A rodar mi vida", "Ciudad de pobres corazones", para la que Fito se colgó una Gibson y sumó a Gabriel Carámbula llenando el escenario de guitarras y energía rockera, y para cerrar no podía faltar "Mariposa technicolor", acompañada de papelitos plateados para finalizar un show sin fisuras, emocionante y con un sonido impecable. Con un "Chau amores", el rosarino despidió a su público, que quedó como estupefacto bajo la lluvia y el frío que caían en GEBA en la madrugada del domingo.

Con los primeros fríos porteños como marco, Fito Páez echó mano a algunos amigos para tocar los clásicos de siempre y despedirse de su último álbum, antes de encarar una nueva etapa en su carrera.

TXT: Paula "Gala" Claro

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