Furiosa realidad

La noche fría y húmeda del viernes porteño nos llevó una vez más a Scalabrini Ortiz 666. Cerca de las 23.30, Monos Astronautas ya habían dejado el escenario caliente para los Petruza demuestre el por qué de su furia.

La noche arrancó con un instrumental que engancharon con “La sangre”, al que le siguió “Lo que quiero hacer”. “El disco te quema un poco la mente”, dijo Ezequiel Requejo cantante y guitarrista, antes de presentar “La realidad”, un tema nuevo. Allí acercaron una zapatilla al escenario y a Marcelo Ortiz, uno de los guitarristas, le gritaron: "Marce, toca como Mollo”, en referencia a las habilidades de Ricardo para suplantar las púas. Después le pegaron más canciones nuevas, como “Empezar” y “Día negro”.

“Alas” empezó la segunda parte del set, y luego “Entre nosotros” contó con espectaculares entradas del saxo de Ariel Justel. Con “Ernesto” la lluvia de papel picado seguía, pero la fiesta estaba llegando a su fin: una intro del bajo de Cristian López anticipó una fusión de candombe y murga para interpretar “Soledad”, a la que le siguió la otra compañera, “Daniela”.

Ya a la hora de los bises, Damián Medina le dio un toque especial con su armónica a “Ni tiempo para jugar, y el baterista Federico Forestano se encargó de demostrar toda la furia y la fiesta que la banda propone en “El fitito”, el homenaje del grupo al entrañable Fiat 600.

En la noche del Marquee, La Furia de Petruza demostró que es una banda en pleno crecimiento, con compromiso y sentimiento por lo que hacen.

TXT: Pablo Rios