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P.O.D.

Una ceremonia religiosa y metalera

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza: Leandro Ciaffone

19 de Marzo, 2010

Una ceremonia religiosa y metalera

La banda estadounidense de ñu metal tocó por primera vez en la Argentina.

A mediados de los años 90’, un tal Kurt Cobain apareció con su banda Nirvana y le dio vida a un nuevo género musical: el grunge. A partir de ese punto, las discográficas le dieron la espalda al heavy metal, que tanto les había dado en los 80’, para firmar contratos con esta nueva corriente. El metal entonces se vio obligado a elegir entre dos opciones, mutar y evolucionar o desaparecer. Es ahí donde se produce el nacimiento del Ñu metal, con la fusión entre el sonido pesado tradicional y el rap. De esta cruza salieron bandas como Limp Bizkit, Linkin Park y P.O.D. Pero estos últimos tomaron un camino diferente, no tanto en el sonido sino en el mensaje, teniendo en cuenta sus creencias religiosas cristianas evangélicas. Es así que decidieron traer su ideología por primera vez a Argentina.

Con un Malvinas Argentina en un 70%, Marcos Curiel en guitarra, Wuv Bernardo en batería y Traa Daniels en bajo, asaltaron silenciosamente el escenario a la espera del faltante integrante principal: Sonny Sandoval y su voz. Escabullido entre la oscuridad todo vestido de negro, y con la banda interpretando “Lie Down”, Sandoval corrió directo a “abrazar” a su público y  a saludarlo: “¿Qué pasa familia?”. Su sonido, que está bien alejado de las típicas celebraciones religiosas con coros gospel, es brutal. El flow que sale desde el micrófono con rimas ágiles y rápidas, sumado a las guitarras marcadas y distorsionadas, logran una mezcla rapcore que queda plasmada en temas como “Boom”, que dinamitó el estadio.

Festejando la vuelta de Curiel, guitarrista original a la formación y la salida de su álbum When angels and serpents dance la banda presentó temas como “Addicted” y “Kaliforn-Eye-A”. Con “I be Ready” y su letra esperanzadora, llegó el único momento de tranquilo de la noche, donde cesaron los pogos y los mosh.

“Youth of the nation” comenzó a sonar y la gente se unió en un grito de guerra con P.O.D., entonando su máximo hit. “Quiero que prendan las luces, quiero verlos directamente a los ojos en esta” sentenciaba Curiel en perfecto español, antes de interpretar “Without Jah, Nothin',” que con su final aceleradísimo generó, la locura de los fanático y que por supuesto el grupo no quería perderse. Una de las primeras  sorpresas de la noche se produjo con la versión podiana de “Bullet the blue sky” de U2, seguida de “Alive” justo antes de que la banda abandonara el escenario.

Para los bises el clima religioso creado por la guitarra de Curiel y la intro de “Celestial” fue erradicado por el riff de “Satelite”. El cierre tenía guardado la segunda sorpresa de la noche con el segundo cover, esta vez de Rage against the machine. “Freedom” hizo temblar las paredes del Malvinas Argentinas para dar cierre a la ceremonia que ofreció P.O.D.

Un párrafo aparte merecen las dos bandas soportes que abrieron el show y dejaron el camino allanado para el número principal. Primero D-Mente liderada por Andrés Giménez y las canciones de su último disco, con una yapa al final y “El nuevo camino del hombre” de A.N.I.M.A.L. Y después con Carajo, que dejó a la gente a punto caramelo para los estadounidenses. Mucha gente fue temprano con grandes expectativas de poder ver a Giménez y a Corvalán juntos, en lo que podía ser una pequeña reunión de A.N.I.M.A.L, de donde se originaron tanto Carajo como D-Mente. Pero a pesar de los gritos del público la ilusión quedó sólo en eso…una ilusión.

P.O.D. o Payable On Death llegó a Argentina con un mensaje que transmitir. Eligieron el camino del rapcore para expandirlo. Con la energía de la banda y los gritos de Sandoval, es imposible que ese mensaje no se haya recibido.

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