Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Los Fabulosos Cadillacs

Fabulosa elegancia

Cronista: Pablo Andisco | Fotos: Beto Landoni

12 de Octubre, 2009

Fabulosa elegancia

Cerca de la finalización de su Satánico Pop Tour, y a poco de sus shows en el Luna Park, Los Fabulosos Cadillacs volvieron a presentarse en Capital, cerrando una jornada a beneficio. Alrededor de 20.000 personas se acercaron al inmenso predio del Club Ciudad para escuchar esas canciones que acompañaron a más de una generación.

Además del costado benéfico en ayuda de Cáritas y Tzedaká, organizaciones cristiana y judía respectivamente de lucha contra la pobreza y del que también participaron No Te Va Gustar y Los Pericos, otras cuestiones atravesaron el show de Los Fabulosos Cadillacs en el feriado del lunes. Una judicial, con motivo de la reciente clausura y posterior reapertura de River, GEBA y el propio Club Ciudad, que contó con inspectores, funcionarios y productores controlando varios aspectos. La otra, la presentación informal de El arte de la elegancia de LFC, el segundo disco que editaron en esta nueva etapa y que sigue la línea del primero, La luz del ritmo: reversiones de temas propios, versiones libres de otros autores y apenas un par de canciones nuevas, que no fueron interpretadas en la noche del lunes.

Cerca de las 20 se escuchó la música de la Internacional Socialista y al toque la banda arrancó con “Manuel Santillán, el león”, el tema elegido para abrir un repertorio que paseó por los megaclásicos, los no tan clásicos recuperados en esta nueva etapa, aunque esta vez no dejaron lugar para las sorpresas. “Contrabando de amor” y “El sonido joven de América”, incluidas en el reciente álbum, continuaron con la serie.

Después de “La luz del ritmo”, una versión algo más lenta pero igualmente candombeada de “Vos sabés”, con su autor Flavio luciéndose con su bajo, es uno de los tantos ejemplos de este regreso. El jugueteo con los temas propios es realmente interesante, y sirve para alejarse un poco de las especulaciones y los juicios definitivos. Ok, por la plata baila el mono, pero en el caso de Los Fabulosos no hay un piloto automático que sale de gira, o, al menos, ese piloto resulta mucho más interesante que playbackizar los conciertos, y está de más aclarar que estos muchachos tienen hits suficientes como para hacerlo.

Recién después de “Calaveras y diablitos” llegó el saludo de Vicentico y la primera gran ovación de la noche, para el solo de Hugo Lobo, cuya figura crece cada vez más en la escena rock, quien improvisó melodías populares mientras la banda continuaba la base contagiosa. La sección de vientos es una de las estrellas de este retorno y junto al Dancing Mood, los históricos Daniel Lozano y Sergio Rotman están cada vez más presentes en los arreglos. “Soledad” tuvo que ser interrumpida por una pelea en el público que el mismo Vicentico se encargó de disipar y luego en vez de terminarla, eligió seguir a la siguiente canción, “El Aguijón” también de El león (1992) su disco consagratorio, en una versión que ralenta sus estrofas para explotar en un estribillo hardcore.

A continuación uno de los participantes de El arte…, Big Papu de Los Kahunas, puso su guitarra surf al servicio de “CJ” en una versión aún más bella que la original y la única que consiguió mantener quieto al campo del club. Luego, otro de los invitados, Astor Cianciarullo (quien inspiró “Vos sabés”) tomó el lugar de Fernando Ricciardi tras los parches para acompañar a su padre en “Nosotros egoístas” el homenaje a Toto Rotblat, el percusionista fallecido a principios de 2008. Después subió Florián Fernández Capello, el otro hijo de para hacer “Guns of Brixton”, de los Clash, con una formación de Astor en bateria, Vicentico en bajo, Florián en guitarra y Flavio en voz, para reflotar aquello de “el amor de un padre a un hijo no se puede comparar”.

Después de viejos temas como “El genio del dub” y “Carnaval toda la vida” llegó el turno de “Mal bicho” y el mayor momento de interacción de Vicentico con su público, cuando pidió silencio y puso, literalmente, de rodillas a todo el Club Ciudad, él incluido, al tiempo que ironizaba sobre las clausuras ya mencionadas. “¿Le molesta, señora?”, y otras frases de este tipo fueron lanzadas por el cantante antes de empezar a bajo volumen el último pre estribillo, para subir de a poco y explotar con el “Digo no!”, mientras la multitud pasaba de las rodillas y el silencio al salto y al grito pelado. “Padre Nuestro”, “Matador” y “Silencio hospital” cerraron la primer parte del show.

Un breve intermedio se rompió con el combo de percusión antes de “V Centenario”, previsible por la fecha en cuestión, aunque no se escuchó ningún comentario al respecto desde el escenario. En “Vasos vacíos”, Vicentico pidió que el público hiciera la parte de Celia Cruz a modo de homenaje y la fallecida cantante cubana reencarnó en 20 mil personas, mientras que esta parte de los bises terminó con “El satánico Dr. Cadillac”.

Para finalizar el concierto, una versión aún más tranqui de “Siguiendo la luna” fue acompañada por las palabras de Vicentico, agradeciendo el cariño del público, dedicando el show, como todos, a la memoria de Gerardo, y unas líneas de interpretación libre: “Quizás no nos veamos musicalmente por un tiempo…Hasta siempre amigos”. “Mi novia se cayó en un pozo ciego” y “Yo no me sentaría en tu mesa”, ochentosos por excelencia, terminaron dos horas de un show impecable, a la altura de una de las bandas más importantes del rock latinoamericano.

El 1º de diciembre en Ciudad de México es la última fecha pautada del Satánico Pop Tour y las palabras de Vicentico pueden entenderse como una despedida. Lo cierto es que mientras crecen esos rumores, y otros de un posible show porteño en una de las fechas del Pepsi Music, Los Fabulosos Cadillacs dieron otra muestra de la saludable manera en la que encararon este regreso y se reinventaron a sí mismos.

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