Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Andrea Echeverri

Pizza, Birra y Canto Colombiano

Cronista: Gentileza: Gaby Salomone | Fotos: Beto Landoni

17 de Mayo, 2005

Pizza, Birra y Canto Colombiano

En una clima íntimo y entre amigos, Andrea Echeverri, la voz líder de Aterciopelados presentó su placa solista en La Trastienda.

Esta vez el reducto de Monserrat dejó de lado el bullicio, el amontonamiento y las largas colas que anteceden a los shows masivos para recibirnos en clima más íntimo y relajado, donde la sala nos permitiría acomodarnos en el lugar que más nos guste y saborear una pizza entre luces tenues y jazz sonando de fondo. A minutos del arranque, el lugar apenas llegaba a cubrirse de público, pues tan solo amigos y prensa acompañarían esta noche a Andrea Echeverri en la presentación de su primera placa fuera de Aterciopelados, la banda de Medellín, que lidera desde hace más de diez años.

Justo cuando la espera comenzaba a tornarse extensa, la oscuridad nos invadió, muchos se acercaron al escenario como quien se une al fogón y allí, a telón abierto se hizo la luz sobre la delgada figura de la colombiana, que con una colorida acústica hizo sonar los primeros acordes de “Amortiguador”, uno de los temas del álbum.

Sólo Héctor en guitarra y Emilio en percusión (ambos también de Aterciopelados) acompañaban a Echeverri, que eligió darle a la noche una escenografía particular con corazones estampados en telas. Si bien elección de los motivos era un tanto obvia y poco sobria, no había dudas de que la cantante había hecho del escenario su rincón personal.

Eso, sumado al clima intimista que reinaba en la sala buscaba reflejar el espíritu personal de las canciones que conforman el álbum, pues en todas sus letras no hace más que exponer los sentimientos que provocan en ella la experiencia madre y amante.

Para esta noche, Echeverri prefirió interpretar sólo algunos de los temas del disco, dado que hizo un concierto breve de apenas duró una hora. Pero se guardó unos minutos para dos temas de Aterciopelados, “Bolero falaz” y “Maligno” con los que cerró.

El exceso en el simbolismo, con los corazones de colores como decorado, (también llevaba uno de lentejuelas en su pecho), más la simpleza de las letras para hablar de amor con frases como “Quiero quedarme así para siempre/tan juntos que ni aire ni luz entre/ como siameses si te apartas me matas” , tal vez hacían un tanto reiterativo y obvio el tema impidiendo ir más allá, y configurando un simple mensaje de amor que se queda en la superficie.

Sin embargo, la simpatía con la que se desenvolvió y su voz etérea le aportaron a las canciones una ternura que no empalaga. También demostró ser una mujer con sentido del humor, pues superó divertida algunos problemas de sonido que surgieron durante el show.
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