Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Molotov

Poderio Mexicano

Cronista: Gentileza: Lautaro Guido Pavía | Fotos: Beto Landoni

06 de Abril, 2009

Poderio Mexicano

Con el repaso por toda su discografía, la agrupación latina ofreció un día después de su set en el Quilmes Rock, un recital a todo volumen, con el que reafirmó su lazo con el público argentino.

La banda que alguna vez fuera definida como “la respuesta latina a Rage Against the Machine” comenzó su recital en The Roxy (ex- El Teatro Colegiales), con la segunda canción de su primer disco “¿Dónde jugarán las niñas?”, de doce años atrás: “Molotov coktail party”, cantada con micrófono en mano por Randy Ebright, que es quién se ocupa de la batería en la mayor parte del concierto. Siguieron con “¿Por qué no te haces para allá?... al más allá” del mismo disco, con el que continuaron ofreciendo todo el sonido rockero y potente que los caracteriza.

La mezcla de rock, hip-hop con las vocalizaciones raperas quedaron bien mostradas en “Here we kum” de “Dance and dense denso” (2003). La melodía principal fue enormemente festejada y vitoreada por el público, que aplaudió todas y cada una de las canciones del recital. Los temas de su último disco en estudio “Eternamiente”, llegaron de la mano de la canción que abre dicho álbum “No deje que el Peje lo apendeje” con la que Molotov mostró una de las variantes que puede interpretar, en este caso, cercano al rock pesado, y cantado por Micky Huidobro, quién continúa con su forma tan llamativa de forzar la garganta.

El disco de covers “Con todo respeto” también fue visitado de la mano del tema que fusiona canciones de El Tri  y ZZ Top, “Perro negro granjero”. En este tema sucedió algo curioso, ya que a Paco Ayala (que también toca el bajo además de Micky) la voz le salía algo parecida a la del ex-guitarrista de Los Redondos, Skay Beilinson. La catarata de hits siguió con el primer simple de su último disco, “Yofo”, cuya melodía principal es el silbido característico que lo torna absolutamente pegadizo.

Uno de los matices más destacables de Molotov es la mezcla de política, insultos y demás cuestiones que poseen sus letras. El comienzo del ultra clásico “Chinga tu madre” fue con uno de los dos bajos deslizando el ritmo de la canción con un volumen bajo, para que luego se le uniera toda la banda a pleno.

Luego del hit “Frijolero”, llegó el momento del tema quizá más logrado de la banda hasta el momento, “Gimme tha power”, en donde queda de manifiesto la forma tan inteligente de intercalar frases y palabras en inglés con el castellano, que es una las marcas indelebles de los mexicanos. En esta canción, como en “Voto latino” (con Zeta Bosio de invitado, con el cual sumaban ¡un tercer bajo!), otra de las claves de este cuarteto quedó a la luz, la veta política y social que tanto atrae de ellos. No extrañó que el público cantara más fuerte de lo normal frases como “gente que vive en la pobreza, nadie hace nada, porque a nadie le interesa”, porque le pega de lleno en la realidad de la política argentina.

Con un ritmo bien funk y latino (que luego se transformó en un punk bien furioso), el grupo de México siguió con otro de sus covers, en este caso del grupo “The Misfits”: “Marciano”, que incluyó uno de los mejores solos de la noche por parte de sus guitarrista Ismael “Tito” Fuentes.

A mitad del concierto, uno de los plomos entró al escenario para unirse en la parte vocal de “Cerdo”. La canción conocida como la segunda parte de “Gimme tha power”, “Hit me”, fue quizás el único momento que tuvo el público para descansar de la constante energía rockera que los mexicanos mostraron durante todo el show. A continuación interpretaron su versión pesada y rapeada, bien al estilo  Molotov, del clásico de Queen “Bohemian Rapsody”, titulada “Rap, soda y bohemia” y también “Amateur”, que abre su disco de covers.

En “Dance and dense denso” del disco homónimo, la conjunción entre las luces y la banda fue perfecta, una batería lumínica se convirtió en el agregado vital para enardecer (en el buen sentido de la palabra) al público. El último tema fue el más requerido por los seguidores de Molotov que coreaban su título en todo momento. El efecto de batería electrónica que realiza con su boca el baterista Randy, dio comienzo a “Puto”, que hizo explotar al público. El único bis fue “Rastaman-dita”, adornado por varias mujeres del público que se subieron al escenario, para bailarlo, en el clásico cierre que Molotov elige para sus recitales.

Luego de casi dos horas, la banda que este año cumplió quince, a través de todas sus variantes que incluyen dos bajos en la mayoría de los temas, intercambio constante de voces entre los cuatro integrantes y cambios de instrumentos en muchos casos, dejó bien en claro que posee varias pieles de estilos diferentes: hard rock, rap, rock pesado con ingredientes funk y algunos momentos punk. La energía que transmitieron “Tito”, “Micky”, “Paco” y “Randy” demostró que Molotov tiene muchos años de vida por delante.

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