Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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El Otro Yo

EL OTRO YO ES EL PUBLICO

Cronista: Gentileza: Trinidad Marquiegui | Fotos: Beto Landoni

16 de Abril, 2005

EL OTRO YO ES EL PUBLICO

Una bulliciosa adolescente, fiel versión de la imagen de María Fernanda Aldana, es escoltada afuera del recinto junto con su relajado amigo mientras Ola salvaje se oye de fondo. El muchacho comenta “... habíamos entrado, estábamos abajo. Iba a ver

Una bulliciosa adolescente, fiel versión de la imagen de María Fernanda Aldana, es escoltada afuera del recinto junto con su relajado amigo mientras Ola salvaje se oye de fondo. El muchacho comenta “... habíamos entrado, estábamos abajo. Iba a ver todo ¡Qué cagada!”, con los pocos que no han entrado y que todavía ruegan en la entrada de prensa que los dejen ingresar. Ambos habían logrado colarse al recital pero sólo tuvieron posibilidad de escuchar Licuadora Mutiladora y 10.000.000, temas con los que El Otro Yo abrió la noche.

Al escuchar los primeros acordes de Calles, la chica llorisquea “Pero boludo, yo me moría por estar acá”, sin embargo ni sus más chillones pucheros consiguen que se apiaden de ella y le vuelvan a abrir las puertas.

Adentro del lugar, Cristian Aldana (guitarra), María Fernanda Aldana (bajo) y Ray Fajardo (batería) se adueñan por tercera vez del escenario del estadio de Obras para presentar Espejismos, su nuevo álbum, y estremecer a la audiencia con muchas de las canciones que componen su historia. Potenciando con la guitarra de Gabriel Guerrisi (ex Los brujos y Juana La Loca) como invitado permanente y esperando que la ausencia de los teclados y orquestación electrónica de Ezequiel Araujo, quien recientemente los abandonó para perseguir intereses personales, no se transforme en un vacío.

El otro yo se ha convertido en una banda de culto para esta adolescencia neopunk que está en auge; y aunque el grupo asegura que su reciente trabajo es una vuelta a su “esencia”, sus letras evidencian un desprendimiento con el simbolismo característico de EOY que atrajo al publico a presenciar el show esta madrugada.

El diseño del nuevo CD de la banda cobra vida en escena: aviones bombarderos colgados del set de luces, un grupo de soldados detrás de M. Fernanda, un tanque a la derecha de Ray, un esqueleto y una bailarina (¿?) al lado de Gabriel y sobre sus cabezas una pantalla gigante que simula ser un viejo televisor. Todo, incluso ellos mismos, bañado en un intenso color rojo.

A pesar que los estrenados temas como Autodestrucción, Debe cambiar y Orion tienen una gran respuesta del público, son los acordes de La música, Me harte y Virus los que les llegan al alma y los hacen saltar, bailar y cantar.

En la pantalla se puede observar el reflejo de los versos de cada canción. Imagen y sonido en fusión conceptual. Así podemos distinguir videoclips, partes de películas, multitudes siendo perseguidas, olas rompiendo en la orilla, escenas eróticas y los reconocidos personajes animados de Tim Burton, entre otros.

M. Fernanda dedica el recital a los presentes y “a mi mamá que está en el cielo y que hoy cumpliría 60 años y a mi papá que está sentadito ahí” (sic) y Cristian se une a la dedicatoria.

Cuando Cristian anuncia que harán un homenaje al “más punk de todos los punks”, los fanáticos corren en estampida hacia el frente. Punk había contado con la colaboración de Ricky Espinosa en vida, y hoy suena para rememorarlo; para ello, Cristian invita a Cadena Perpetua al escenario. De Desde las populares surgen a todo pulmón “Nunca seré policia” y “Si yo soy así”, que han trascendido a Flema constituyéndose como cánticos representativos de una juventud.

Un pequeño intervalo sirve de transición para dar inicio a la sección acústica del espectáculo que cuenta con la participación de Pablo, “ un amigo que es un pianista excelente” (sic), y Federico en flauta traversa (Traka Traka y web de la banda). Hacía tiempo que EOY tenía en mente mostrar el poder acústico de la banda. Delante a un telón blanco y vestidos a tono, la velada se colmó de serenidad. Bajo este giro estético se entonan Violet con la voz de M. Fernanda, Olvidar, Aún y Bajo la guerra. Mañana de otoño cede naturalmente el cierre, en el que Ray tira una de sus baquetas.

Después de otra breve pausa, la escena vuelve a teñirse de rojo. Cota el pasto, La tetona, Los pájaros, Sexo en el elevador, Hola papá, Zumbido componen un electrizante collage de temas tocados sin exhalar.

Cuando la noche parece terminar con 69, el grupo retorna con Tu ángel, corte de difusión de Espejismos, cuyo video exhibe una importante cuota de imaginación.

Cristian anuncia “adelante caballero, ritmo...” desencadenando un solo de batería de Ray. Luego, baja la guitarra para interpretar Canción del adiós junto Ciro Pertusi como el ápice de la noche. Ambos se mueven por el escenario y se acercan a los que están más cerca. Aunque el campo no está lleno, los presentes deliran con el invitado.

La fiebre continúa con los acordes impetuosos de tres viejos clásicos como El otro yo, No me importa morir y Alegría. Finalizando con una especie de manifiesto de decepción ante el estado de las cosas enarbolado en Nuevo orden y Mascota del sistema.

EOY recuerda que, con motivo de solicitar más espacios públicos para recitales, Las Manos de Filippi tocarán el 19 de abril en el Festival que se organizó en Plaza de Mayo al termino de la marcha contra la impunidad en casos como el de Cromañon y el de Bulacio.

El otro yo es una banda que se debe a su publico. Y muy agradecida por ello.
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