KAPANGA FUE LA ESTRELLA DEL BUENOS AIRES BEER FESTIVAL

La segunda edición del Festival de cerveza más importante de Buenos Aires lo prometía todo desde las 7 de la tarde, juegos, mujeres, música y claro… la más variada selección de cervezas. No se podía esperar, pero ya eran las ocho de la noche y la cola de gente bordeaba la entrada de la Rural en la calle Juncal y alcanzaba la Av. Santa Fe. Las puertas no abrían aún. El clima se puso tenso, aplausos y chiflidos denotaban la protesta. El evento ya llevaba una hora de retraso.
Finalmente, cerca de las de las 21.30 los organizadores pidieron disculpas y la gente pudo ingresar al inmenso parque cervecero, un ambiente temático que hacía la réplica de la ciudad de Buenos Aires con una avenida principal donde se hallaban los stands con bares de cada marca, internacionales, industriales y artesanales.
Todo estaba ambientado para la diversión, hubo acróbatas y malabaristas, un sector ambientado como una kermés con juegos de tiro al blanco y un museo de la cerveza. El evento, que sólo era para mayores de 18 años, convocó a gente de todas las edades, quedó claro que los amantes de la etílica bebida no se reduce a la juventud. Los ya entrados en años, incluso se prendieron, vaso en mano, a la propuesta musical de la noche que tuvo su punto de mayor efervescencia con los Kapanga.
Antes, por el escenario montado en un extremo de la ciudad cervecera pasaron los grupos Skabio, Gazpacho y Los Tipitos. Cada banda tuvo su hora de show, que si bien contó con una gran participación del público, podía decirse que todavía seguía llegando gente al baile.
Debido a las demoras en el arranque del evento y a la ansiedad de aquellos, numerosos por cierto, que asistieron con el único objetivo de escuchar a los Kapanga el desfile para elegir a la reina de la cerveza debió esperar casi hasta el final de la noche.
A las dos y media de la mañana, como si fuera una masiva peregrinación, el público se trasladó del parque temático hacia el pie del escenario, nadie se explica cómo aún sin dejar los vasos, comenzaron los aplausos. Pedían por El Mono y su banda. Ellos, no se hicieron rogar, las luces se encendieron y la rural fue fiesta, Kapanga abrió con el tema Desesperado.
Unas dos mil personas vibraron al ritmo de La Taberna, Remolino, El Universal y Ramón entre otros. Los Kapanga se lucieron, El Mono arrasó con su carisma y despertó un público que no dejó de saltar hasta el final del show.