Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Zumbadores

Esclavos felices

Cronista: Pablo Andisco | Fotos: Beto Landoni

04 de Julio, 2008

Esclavos felices

Zumbadores presentó en La Trastienda su tercer disco, “El colibrí”, con un buen show del que disfrutaron sólo los incondicionales.

En las añejas calles del barrio de San Telmo, entre algo de niebla y una llovizna persistente, se escucha un grito zumbón. Por la calle Balcarce se acerca un grupo de seguidores con un trapo gigante con los colores patrios. Durante diez minutos, acaso quince, tienen su momento de gloria, saltando sobre los adoquines y acaparando la atención de propios y extraños.

Adentro del local la sensación es distinta: hay menos gente de la imaginada y un clima más relajado. Sin embargo, el grupo salió a copar la parada con actitud y un sonido demoledor, desde los primeros acordes de “Forastero de plutonio”, tema denso y oscuro del reciente “El colibrí”, el álbum que la banda presentó íntegro en la noche del viernes. Al toque sonó “La chica de la luna”, tema viejo que puso a todos a saltar y cantar, para llenar de calor y energía una Trastienda con claros.

Este ida y vuelta entre las canciones del último disco con los viejos y queridos temas de la banda fue la constante del recital. Llamó la atención la aceptación de los más recientes, ya que de movida el público suele ser reacio a las novedades. Como símbolo de esta comunión aparece “Roedor de mi corazón”, un tema viejo que se coló en el último trabajo. Y si bien hay un plus extra a la hora de corear, por ejemplo, “Viejos naipes”, buenas canciones como “El pulso fanático” y  “Ruta de los milagros” son festejados y cantados casi a la par.

La banda sonó de manera impecable, y de movida los músicos dejaron en claro sus ganas de tocar y mostrar todo lo que estuvieron haciendo en este último tiempo sin presentaciones en Capital. Tres cuestiones sobresalen entre el resto y le dan a Zumbadores una marca distintiva: el aporte en los coros de los dos guitarristas (el histórico “Negro” Gibelli y “Tato” Passet), la voz de Alejandro Fassi, sin fisuras a lo largo de la noche y adaptándose perfectamente a los matices que entrega la banda, y el laburo de “Fresa” Robic en la batería, no sólo marcando el compás, sino también manejando las programaciones, cada vez más presentes en el conjunto. Apuntalando todos estos movimientos, el trabajo silencioso y ajustado de Saúl Firbank en el bajo.

Tras un breve intervalo arrancó la parte más caliente del show. “Adicto” desató el baile rocanrolero y “Una marioneta”, el pogo, gracias a su estribillo lindante con el punk. Pasó “Sin cebador”, el corte cancionero de “El colibrí”, y todo fue palo y palo hasta el final, destacándose “Corazón esponja” y “El club de la peor especie“. Otra vez el pogo en “Bailaré sobre tu tumba”, de los españoles Siniestro Total, una de las letras más rockeras que se recuerden, y cuando sonó “Rock para titanes” se prendieron las luces del bar, contrastando con la oscuridad reinante a lo largo de la noche. El cierre llegó de la mano de “El ritmo de los condenados”, con banda y público coreando el estribillo a modo de fade out.

Zumbadores presentó su disco en un show contundente que presagia buenos augurios para esta nueva etapa. A correr la voz…

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