The Orchestra
THE ORCHESTRA - Gran Rex
Cronista: Gentileza: Trinidad Marquiegui | Fotos:
Beto Landoni
18 de Febrero, 2005
Una misteriosa introducción que eleva su volumen y un halo azul que inunda el escenario
Una misteriosa introducción que eleva su volumen y un halo azul que inunda el escenario, crea el suspenso de un show que está por iniciar.
The Orchestra consiste en el deseo de continuar el sueño de la Electric Light Orchestra y ELO Part II , pero marcando un nuevo estadio. La intención es demostrar que estamos frente a un proyecto diferente a sus antecedentes pero que no ha dejado de tener raíces.
De este modo, Kelly Groucutt (bajo y voz), Parthernon Huxley (guitarra y voz), Eric Troyer (teclados, guitarra y voz), Louis Clark (orquestación), Mik Kaminski (violín) y Gordon Townsend (batería) nos llevan por una incursión en el presente y por un viaje a sus orígenes.
El recital comienza bien alto de la mano de Evil woman. Nadie ha olvidado el pop sinfónico que caracterizo dos décadas y que sigue sonando en un par de radios que dedican su transmisión a rememorar la música del recuerdo. El público se emociona al evocar éxitos como Livin’ thing y Sweet talkin’ woman. La música nos “llevó más arriba y más arriba”. La mujer a mi derecha mueve los labios siguiendo la letra de Confusion, para ella “en todos lados el sol está brillando”.
Eric serena la noche con la dulce melodía de Can’t get it out of my head, pero en el final es el “violín azul” de Mik el que se roba la escena.
No hay imitación para la potente voz de Kelly y sus matices. Es un frontman carismático que siempre está estimulando a la audiencia. Él y Hux son el alma del auténtico Rock & Roll que se eleva en Ma ma ma Belle y Showdown. Gordon es el corazón, latido tras latido de Rockaria. Esas canciones que logran hacer anhelar a mi joven generación aquellos grandes festivales de rock de los 60’s y 70’s que no pudimos presenciar .
Poniendo un pie en el presente, Hux reluce la influencia de las melodías de los 60’s en Jewel and Johnny y Eric expone el rock contemporáneo en No rewind, tema en el que se destacan los arreglos de cuerda de Lou. Mientras que las baladas Over London Skies y Before we go conmueven a través de sus melodías.
Un impecable solo de Mik y las primeras notas del piano de Eric dan vida a una oscura versión de Twist and Shout que esconde un poco de esencia de tango. Sin lugar a dudas, el mejor momento de la velada.
En la recorrida por el pasado no pueden faltar la añoranza de Telephone line y el estilo beatle de Mr. Blue sky.
Más tarde, “ nos aferraríamos fuerte a nuestro sueño” en Hold on tight y se “escucha a la multitud cantando desafinadamente” Do ya. Algunos se animan a saltar y bailar.
No hay una mejor manera de cerrar el espectáculo que tomarnos el Last train to London y que el público de pie acompañe con frenesí el estribillo de Don’t bring me down.
Kelly alza la guitarra en el aire. El bullicio de la ovación. “Fantastic” (sic).
The Orchestra consiste en el deseo de continuar el sueño de la Electric Light Orchestra y ELO Part II , pero marcando un nuevo estadio. La intención es demostrar que estamos frente a un proyecto diferente a sus antecedentes pero que no ha dejado de tener raíces.
De este modo, Kelly Groucutt (bajo y voz), Parthernon Huxley (guitarra y voz), Eric Troyer (teclados, guitarra y voz), Louis Clark (orquestación), Mik Kaminski (violín) y Gordon Townsend (batería) nos llevan por una incursión en el presente y por un viaje a sus orígenes.
El recital comienza bien alto de la mano de Evil woman. Nadie ha olvidado el pop sinfónico que caracterizo dos décadas y que sigue sonando en un par de radios que dedican su transmisión a rememorar la música del recuerdo. El público se emociona al evocar éxitos como Livin’ thing y Sweet talkin’ woman. La música nos “llevó más arriba y más arriba”. La mujer a mi derecha mueve los labios siguiendo la letra de Confusion, para ella “en todos lados el sol está brillando”.
Eric serena la noche con la dulce melodía de Can’t get it out of my head, pero en el final es el “violín azul” de Mik el que se roba la escena.
No hay imitación para la potente voz de Kelly y sus matices. Es un frontman carismático que siempre está estimulando a la audiencia. Él y Hux son el alma del auténtico Rock & Roll que se eleva en Ma ma ma Belle y Showdown. Gordon es el corazón, latido tras latido de Rockaria. Esas canciones que logran hacer anhelar a mi joven generación aquellos grandes festivales de rock de los 60’s y 70’s que no pudimos presenciar .
Poniendo un pie en el presente, Hux reluce la influencia de las melodías de los 60’s en Jewel and Johnny y Eric expone el rock contemporáneo en No rewind, tema en el que se destacan los arreglos de cuerda de Lou. Mientras que las baladas Over London Skies y Before we go conmueven a través de sus melodías.
Un impecable solo de Mik y las primeras notas del piano de Eric dan vida a una oscura versión de Twist and Shout que esconde un poco de esencia de tango. Sin lugar a dudas, el mejor momento de la velada.
En la recorrida por el pasado no pueden faltar la añoranza de Telephone line y el estilo beatle de Mr. Blue sky.
Más tarde, “ nos aferraríamos fuerte a nuestro sueño” en Hold on tight y se “escucha a la multitud cantando desafinadamente” Do ya. Algunos se animan a saltar y bailar.
No hay una mejor manera de cerrar el espectáculo que tomarnos el Last train to London y que el público de pie acompañe con frenesí el estribillo de Don’t bring me down.
Kelly alza la guitarra en el aire. El bullicio de la ovación. “Fantastic” (sic).
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