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L.A. Guns

Los verdaderos L.A. Guns

Cronista: Gentileza: Pablo Gabriel Krause | Fotos: Beto Landoni

15 de Octubre, 2006

Los verdaderos L.A. Guns

L.A. Guns, la legendaria banda liderada por el guitarrista Tracii Guns, el mismo que fundara Guns & Roses a principios de los ’80, visitó nuestro país por primera vez, para festejar los diez años de Tiempos Violentos, en El Teatro Colegiales.

La historia de L.A. Guns difícilmente podría ser más complicada. Allá por principios de los ’80, el guitarrista Tracii Guns dio inicio al grupo, en ese momento de la mano de Axl Rose como cantante. Al poco tiempo, los dos formaron Guns & Roses, aunque Tracii dejaría la banda poco después para reformar L.A. Guns, y sería reemplazado por un amigo de la infancia, un tal Slash. Los L.A. Guns tendrían sus quince minutos de fama a fines de los ochenta, aunque nunca alcanzarían el nivel de popularidad de Rose y compañía.

La formación de la banda cambiaría una y mil veces durante la década del noventa, y para 2003, el mismo Guns se alejaría para darle prioridad a otros proyectos. Sin embargo, el resto de los miembros (más precisamente, el cantante Phil Lewis) seguirían adelante con la banda. Lo cierto es que Tracii volvió a formar L.A. Guns hace poco más de un año, reclutando a su hijo y dos miembros originales de la banda (el cantante Paul Black y el baterista Nickey Alexander), pero omitiendo un pequeño detalle: L.A. Guns seguía existiendo!! Desde entonces, dos bandas recorren el globo bajo el mismo nombre, aunque lo cierto es que el nombre responde a un apellido: el de Tracii Guns, quien este último domingo se presentó con su banda en El Teatro, sucursal Colegiales.

La noche en el recinto de Lacroze y Álvarez Thomas arrancó temprano, con la presentación de los punk rockers Gatos Sucios y el debut de Mafia, una suerte de versión argenta de Kiss. Si bien logran lo que, uno supone, es su objetivo (sonar como un clon de la banda liderada por Paul Stanely y Gene Simmons, pero en castellano), la propuesta termina siendo poco novedosa, y carente de creatividad.

Anunciado con bombos y platillos, a las 21 horas (coincidiendo con la salida al aire de Tiempos Violentos), llegó la Superhardrockers Band, un tributo a grandes clásicos del hard rock y el glam de los ochenta. Para deleite de los que estaban en el campo (bastante despoblado por cierto), se fueron sucediendo unos a otros verdaderos clásicos de aquella década. “Welcome To The Jungle”, “It’s So Easy” y “Sweet Child O’ Mine” de los Guns, “Wild Side” de Mötley Crue, “Fool For Your Loving” de Whitesnake, “18 and Life” de Skid Row, “Jump” de Van Halen y varios más. Todos, o la gran mayoría, contaron con la presencia de algún invitado, entre los que figuraron Iván Sencion, Carucha de Nativo, Macabre y Javier Herrlein de Catupecu, y Andrés Gimenez, quien le puso la voz a “Highway To Hell”, entre muchos otros.

Diez minutos pasadas las 22 horas, L.A. Guns pisó el escenario y desde el principio quedó en claro que es la banda de Tracii Guns y por lo tanto, es él la estrella. A menos que Paul Black esté cantando, los reflectores apuntan hacia el guitarrista y él mismo se mueve hacia el centro del escenario, mientras su guitarra desgarra los acordes de “One More Reason”.

A pesar de que el lugar estaba lejos de colmar su capacidad, tanto la banda como el público daban claras señales de que la estaba pasando bien la noche del domingo. Primero Paul Black levantó un gorro que revolearon desde el campo, y se lo puso para cantar “One Way Ticket”, y después fue el bajista Jeremy Guns (hijo de Tracii) quien se trepó a la batería para, con su propia cámara digital, fotografiar a la gente, una modalidad que ya había implementado Byron Stroud (bajista de Fear Factory) en su visita por estas latitudes.

El show siguió de la mano de “You Can’t Always Get What You Want”, clásico de los Rolling Stones, que ya forma parte del setlist de los muchachos de Los Angeles. De la misma manera, continuó el show de Tracii con su guitarra, que no escatima en solos y piruetas. Primero sostuvo indefinidamente los ligados hasta cosechar el aplauso del público, después mechó la intro de “Sweet Child O’ Mine”, y finalmente intercaló viejos y clásicos riffs de la talla de “Crazy Train” o “Cat Scratch Fever” en medio del solo.

A medida que el final se acercaba, los clásicos se acrecentaron en la lista de temas. “LAPD”, y una versión de “Never Enough” precedida por la intro de “Hell Bells” (de AC/DC) fueron la antesala de los bises, que contaron con una performance hiperquinética de Paul Black. Primero cantó “Sex Action” trepado a los parlantes que había a un costado del escenario, y después terminó junto a la valla, para gritar cara a cara con los fans los versos de “Rip and Tear”.

Los fans podrán dirimir eternamente cuál de las dos bandas son los “verdaderos” L.A. Guns. Mientras tanto, la guitarra de Tracii Guns sirve para recodar que hubo un tiempo donde el término “glam” no tenía nada que ver con las zapatillas Converse, las fiestas electrónicas, los fotologs ni la música de Miranda, sino que era tan sólo “sexo, drogas y rock and roll”. Y eso es L.A. Guns

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