Abuela Coca
Transmitiendo desde la clandestinidad
02 de Septiembre, 2006
Las Fiestas Clandestinas se proponen recuperar la alegría de los sábados a la noche, fuera del circuito bolichero. En su última entrega, el sábado pasado, tocaron Aminowana y La Abuela Coca. Crónica de una noche como hace tiempo no se recreaba.
Los manotazos de ahogado post Cromañón en forma de decretos cerraron la mayoría de los reductos que ofrecían dar rienda suelta a la sociabilidad sin recaer en la careteada de un boliche. Pero a algunos – dos, de hecho, antiguos organizadores de las fiestas porteñas Del Vonete y las TNT - se les ocurrió que se podía seguir adelante organizadamente y dentro de lo que una ridícula ley demanda.
Así, desde hace varios sábados, se organizan, en Colegiales, las Fiestas Clandestinas. Bajo el lema “Nada debería estar prohibido”, ofrecen bandas en vivo, de muy buen nivel. Ya desfilaron Andando Descalzo, Chala Rasta, Los Caligaris, Pampa Yakuza y Arbolito, entre otros. Y el próximo 15 estará Resistencia Suburbana. Luego de las presentaciones, hay rock nacional, electropop y reggae en las mágicas manos de dj’s clandestinos, como se autodenominan.
Es sábado a la noche y el frío parece empeñarse en quebrar la piel de aquellos que hacen la extensa fila en la esquina de Alvarez Thomas y Federico Lacroze. Hay una lista por la que algunos rezan figurar en ella. Otros, ven la posibilidad de regatear en base a la cantidad de gente que son. Una vez adentro, el clima es de espera. Música acorde, se van encontrando los grupetes de amigos.
A la 1.30 salió al escenario Aminowana. Con un reggae un tanto monocorde, pero empecinados en ponerle onda, intentaron montar un show de buena vibra que, a veces, aburrió un poco. Pero pudieron mantener la vibra y le dejaron el público calentito a los uruguayos de La Abuela Coca.
Eran las 2. 30 de la mañana y La Abuela Coca encaró su presentación con toda la energía, un show impecable. Para esta cronista la banda del cercano oriente quedó en la lista de bandas cuyos discos hay que conseguir. Y hay que considerar que es una lista muy exigente.
Montevideanos hasta la médula, fieles a esa idiosincrasia que los caracteriza, su música fusiona diferentes estilos. Así, el hip hop y el candombe sale de la voz de Chole Gianotti con la misma naturalidad que el rock, el jazz y los sonidos brasileros. Esta mezcla, que ellos llaman "tuco", permite vivir un show que carga las pilas, y donde es inevitable quedarse quieto y prohíbe permanecer inmóvil, tal como el morocho que canta y no para de moverse, saltar y agitar.
De sonido bien armado, las canciones de La Abuela Coca transmiten emociones a las que nadie podría ser impermeable. Con su destreza para mezclar ritmos, hacen de la experimentación sin miedo su lema en vivo. Antecesores de La Vela Puerca y No te va a Gustar, se presentaron por primera vez en Buenos Aires dejando el alma en el escenario de El Teatro de Colegiales con sus canciones que empapan de efervescencia adolescente -sin nunca ser pavos- y puro agite.
Finalizado el show, continuó la fiesta. En el primer piso se acercaban los que querían disfrutar de la cerveza libre y abajo la gente seguía apretadísima. Nadie se quejaba, claro, porque con el frío que hacía no había nada mejor que una cucharita colectiva. Pero, y por esta vez, el quiebre fue más fuerte y la salida terminó temprano. Es sabido que suelen haber intervenciones de acrobacia y actos humorísticos en las Fiestas Clandestinas. Aún así, esta cronista decidió comprobarlo en alguna otra ocasión. Porque la propuesta es más que interesante y quedó en esa, exigente también, lista de lugares para ir.
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