Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Los Piojos

Luna piojosa

Cronista: Gentileza: Nadia Mansilla | Fotos: Beto Landoni

23 de Agosto, 2006

Luna piojosa

Los Piojos se propusieron llenar, sin más aviso que el anuncio en su página web, cuatro Luna Park. Aquí la crónica de los 2 primeros shows.

Los Piojos se propusieron llenar, sin más aviso que el anuncio en su página web, cuatro Luna Park. Aquí la crónica de los 2 primeros shows.


La primera noche pasó muy apaciblemente en un estadio lleno. Tranquilidad llamativa que empezó antes que arrancara el show. El campo, atestado de piojosos, se mantenía en la dulce espera muy pacientemente. Eran las nueve y cuarto de un martes bastante frío. Afuera habían quedado varios corajudos que se mandaron igual al estadio, a la espera de una entrada bendita. Adentro, la platea apagaba sus súper celulares y, los resentidos de siempre los puteaban con una envidia encubierta. Luego de una intro de percusión, y de una entrada guiada por cascos de mineros –linterna en la frente incluida- salieron a un simple escenario con las pilas un tanto gastadas. “María y José”; “Taxi Boy”; y “Babilonia” fueron un trío ideal para empezar un regreso a las pistas luego de casi 4 meses sin tocar. Pero tal vez no era el mejor momento, porque no hubo tanta fiesta ni arriba ni abajo del escenario, aún cuando estamos hablando de un público que suele intentar robarle el protagonismo a la banda.

La intención de levantar las sensaciones, continuó con “Blues del traje gris”; “Qué decís” y “Tan sólo”. “Muchas gracias, buenas noches, Buenos Aires”, dijo Ciro. Y siguió comandando la fiesta, en la medida de lo posible, y cuando sus olvidos no se lo impedían. Cuatro temas más tarde, volvería a arrancar con el “Blues del traje gris”. El resto de la banda y el público lo corrigieron. Siguió adelante con el tema que iba –“Pistolas”- y a otra cosa mariposa. Así, ya habían puesto la voz Micky con “Fijate” y Pity en el “Reggae rojo y negro”; ya se lo había homenajeado a Pappo, tocando “El viejo”; el Changuito Farías Gómez ya se había lucido en percusión y las chicas ya se habían abalanzado a cantarle a Ciro, como si pudieran suspirarle al oído. Además, hubo tiempo para cantar uno de los tres temas que presentaron y que formarán parte del nuevo trabajo de la banda, a salir en estos meses.

Entonces, bajo una lista de temas un tanto demagoga, que satisfacía más las expectativas de una exclusiva platea que las de un campo no tan ardiente, continuaron con un show al que le faltó espíritu de apertura. Después de un breve receso, “Como Alí”; “El Farolito”, con solos de Chucky De Ipola en el teclado, y otro receso que anunciaba el final. Pero tal vez justo cuando se estaban aflojando un poco, volviendo a tomarle el ritmo a esto de tocar en vivo, justo ahí se tuvieron que ir. Otro receso, que los traería transmitiendo en vivo desde camarines y riéndose de los espacios tan reducidos de atrás del escenario. La elección para el anteúltimo tema le tocó a “Genius”, luego “Finale” para enumerar las banderas presentes y “hasta mañana a los que puedan” dijo Ciro-. A las 11.30 de la noche, la banda se abrazó en el escenario y el cantante lanzó una original frase: “Gracias por un martes que pareció sábado”.

Así pasó, tranquila, casi sigilosamente la primera de las cuatro fechas. Mucha energía, sí. Pero no en la cantidad a la que Los Piojos nos han acostumbrado. Sólo al final de la noche, cuando las voces se iban secando, se sintió levantar la vibra. El miércoles sería otro día.


Día 2


Si la primera fue un susurro de rocanroles, la segunda noche fue un grito desesperado que se mantiene vigente. El miércoles hacía más frío, pero adentro nadie se enteró. Desde más temprano que el día anterior, agitaban sin parar tanto en platea como en el campo. En las pullman ya no había celulares, sino dulces resignados que, tal vez, habían llegado tarde a la venta de entradas. Y si bien las localidades estaban agotadas para los 2 días, esta segunda jornada parecía más voluminosa.

Diez minutos más tarde que el día anterior, con “Te diría” y mucha furia, salieron mucho más relajados que el martes al mismo escenario de telones negros y 2 reflectores con el piojito del último disco. No necesitan mucho más que eso para brillar.

Aún con las dificultades técnicas de la guitarra que se calzó el cantante, le siguieron sin pausa “Desde lejos no se ve”; “Chac tu chac” y “Ay ay ay”. Impresionante. Así fue casi todo el show. Casi ningún tema repetido al día anterior y un show que fue un desfile de discos, respetando esas joyitas que tienen en vivo, como “Motumbo”, “Pega pega”, “El balneario de los doctores crotos”. Y, aprovechar la ocasión para tocar otro de los temas nuevos:”Buenos Días Palomar”, una bonita canción que le dedica sus letras y su melodía a la ciudad de donde viene la banda y a la que no le habían dedicado ningún tema antes.

Luego de “Morella”, otro receso y desde camarines comenzaron con la dulce “Y quemás” que continuaron arriba del escenario. Para cuando sonó “Cruel”, la fiesta no podía estar más al dente. Momento justo para terminar y dejar con las ganas de más. Justo dos horas duró este show. Dos horas que valieron por mil. Que sumaron por las del día anterior y las que vendrán. ¡Que así sea! Porque las segundas partes a veces pueden ser mejores.
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